El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha dado luz verde a la declaración de impacto ambiental para la ampliación del aeropuerto de Córdoba, según aparece en el Boletín Oficial del Estado. El Ministerio considera ambientalmente viable el proyecto de Aeropuerto Españoles y Navegación Aérea (AENA) para esta obra, siempre y cuando se ejecute la alternativa 1, que propone alargar la pista 670 metros más (actualmente tiene 1.380 de largo y 45 de ancho). De esta manera se alcanzaría la longitud de pista mínima requerida para la operatividad de determinadas aeronaves.
Uno de los problemas de esta alternativa es que el Lugar de Interés Comunitario (LIC) Río Guadalquivir- Tramo Medio quedará a escasos metros del recinto aeroportuario. Para evitar que su vegetación se vea afectada, la declaración de impacto establece que únicamente se podrá eliminar aquella vegetación cuyo desbroce resulte necesario para la seguridad aérea. En contrapartida, AENA recuperará la vegetación de los márgenes del río. Por otra parte, no se alterarán los cauces fluviales del Guadalquivir ni por residuos, ni por contaminación.
Comisión ambiental
La declaración de impacto ambiental también establece una serie de condiciones para intensificar las medidas preventivas previstas por AENA, entre las que destaca la creación de una Comisión de Seguimiento Ambiental en la ejecución y explotación del proyecto. La comisión estará integrada por representantes de la Junta de Andalucía, el Ministerio de Medio Ambiente, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea de Fomento, la propia AENA, el Ayuntamiento de Córdoba y Ecologistas en Acción.
En cuanto a la prevención del ruido, la declaración señala que el primer año de funcionamiento de la nueva pista se revisarán las huellas de sonido. También se instalará una estación de medición de contaminantes integrada en la Red de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica de Andalucía.
Un Programa de Vigilancia controlará durante las obras las emisiones acústicas y atmosféricas; la restauración de la superficie de tierra vegetal; la gestión de los residuos, combustibles y lubricantes; la calidad de las aguas; y los movimientos de tierra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de enero de 2009