La juventud parece llamada a jugar un papel trascendental en la selección española que ayer comenzó su andadura por el Mundial de Croacia. Jugadores que se mueven entre los 21 y los 26 años asumieron la responsabilidad del primer partido y endosaron a Kuwait una derrota por 47-17, la segunda victoria más amplia del balonmano español en una competición internacional. La mayor fue de 51-19 a Australia en el Mundial de Túnez 2005.
No fue un partido que pudiera utilizarse como referencia. "No tenían nivel para obligarnos a demostrar hasta dónde podemos llegar", confesó el extremo Juanín, máximo goleador (7) junto a Albert Rocas. Sin embargo, Valero Rivera, el nuevo técnico, lo aprovechó para dar minutos a los hombres menos experimentados, a los que probablemente va a necesitar en las citas importantes del campeonato.
ESPAÑA 47 - KUWAIT 17
España: Barrufet (Sierra); Entrerríos (3), Ugalde (3), Rocas (7, 2p), Cañellas (3, 2p), Garabaya (2) y Andreu (3); Víctor Hugo (3), Morros (3), Perales (5), Juanín (7, 3p), Ruesga (6) y Tomás (2).
Kuwait: Husain (Alkhalidi); Alshatti (1), Sanqour, Husain Alshamari (5, 2p), Mohammad (1), Alqallaf (2) y Alotaibi; Altheyab (2), Alanezi (1), Ahmad (1), Alhajeri, Abdulredha (1) y F. Alshamari (3, 2p).
Parcial cada cinco minutos: 3-1, 4-3, 9-5, 10-5, 15-7, 18-9 (descanso); 23-9, 26-11, 31-13, 35-13, 40-15 y 47-17.
Árbitros: Menez y Pinto (Brasil). Excluyeron a Morros, Ruesga, Andreu, Hasan Alshatti, Altheyab y Alhajeri (2).
Unos 4.000 espectadores en el Spaladium, de Split.
Ayer, todos los jóvenes jugaron con descaro. Les queda todavía otro partido para consolidarse: el de hoy contra Cuba (16.30, La 2). Porque después llegará la primera cita importante, ante Suecia. En ella deberán demostrar si son o no capaces de asumir las nuevas responsabilidades que les va a dar Rivera. Porque está claro que se las dará. Y el nivel de juego no puede bajar con los relevos.
Ayer, Cañellas brilló como central, al igual que lo hicieron Perales, Víctor Hugo, Ugalde y Andreu en sus respectivas posiciones. Tras una titubeante primera parte, la selección mantuvo un buen nivel cuando estos jugadores lograron quitarse de encima los nervios. Hay equipo para aspirar al máximo. Pero todavía hay que demostrarlo todo. Y Corea del Sur ya dejó claro ante Croacia el viernes (derrota mínima: 27-26) que ya no quedan rivales fáciles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de enero de 2009