Emilio Botín tiene tres obsesiones: la buena gestión; el apoyo cultural, que le ha llevado a respaldar muchos proyectos universitarios, y la identidad cántabra. Y si estas dos se juntan, el interés se multiplica. Como el apoyo concedido a la ciudad de Santander para capital europea en 2016 que presentó el miércoles en Madrid con el alcalde, Íñigo de la Serna, y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de enero de 2009