La presidencia de George W. Bush difícilmente tendrá la absolución de la historia a pesar del anunciado perdón de Barack Obama. Concluirá el próximo martes, parca en resultados e ignominiosa en los métodos. Bush, bajo la batuta de su poderosísimo vicepresidente, Dick Cheney, promovió la guerra de Irak, el uso de la tortura en los interrogatorios y la doctrina de que el fin justifica los medios.
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Editorial en la página 32
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de enero de 2009