El Recre ha convertido el Nuevo Colombino en su pequeño fortín. Al menos, lo ha conseguido en las últimas jornadas. Ayer lo hizo a base de desparpajo y grandes dosis de rapidez y con un Colunga en estado de gracia. Poco pudo hacer el Sporting, que estuvo vagando sin rumbo durante buena parte del encuentro.
El cuadro onubense puso la quinta marcha. En el primer tiempo pasó como una apisonadora por encima del Sporting, que se quedó perplejo y cavilando cómo poner freno a su avalancha. El conjunto de Preciado no encontró el remedio. A los cinco minutos ya había recibido un gol, y al poco de volver de los vestuarios veía cómo el balón se colaba de nuevo en su portería.
La línea ofensiva del equipo de Alcaraz no cuenta con ninguna torre, pero la falta de altura la suple con una velocidad de vértigo. Colunga, Sisi, Camuñas y Aitor (ninguno supera los 1,75 metros) se multiplicaron. Los cuatro anduvieron de un lado a otro ensanchando las bandas y disfrutando de la libertad que les concede su técnico para moverse por donde consideren oportuno.
RECREATIVO 2 - SPORTING 0
Recreativo: Riesgo; Morris, I. Bouzón, Arzo, Casado; Barber; Sisi (Akalé, m. 69), J. Fuego (Nayar, m. 82), Camuñas, Aitor; y Adrián (Marco Ruben, m. 84). No utilizados: Roberto; Poli, Lamas y J. Guerrero.
Sporting: Sergio Sánchez; Cámara, Gerard, Jorge, Canella; Michel, Camacho (Lora, m. 46); Morán (Omar, m. 46), Carmelo, Maldonado; y Bilic (Barral, m. 57). No utilizados: Lafuente; Hernández, Pedro y José Ángel.
Goles: 1-0. M. 6. Jorge, en propia puerta. 2-0. M. 55. Adrián, a pase de Bouzón.
Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Arzo, Aitor, Adrián, Bilic, Camacho y Michel.
Unos 18.000 espectadores en el Nuevo Colombino.
Tanto revoloteo acabó por enloquecer a la zaga gijonesa, que se desmembró. Lo hizo en el primer gol, tras un despiste de Gerard, con el remate final en propia puerta de Jorge cuando evitaba la llegada de una bala como Camuñas. Y volvió a quedar en evidencia en el segundo. Un pase de Bouzón, desde más allá de la línea divisoria, voló por encima de toda la defensa hasta la bota de Colunga, que desvió lo justo para despistar a Sergio Sánchez.
La entrada de Barral, que sustituyó a Bilic, devolvió las ganas a los de Preciado. Porque hasta su aparición el equipo se habían instalado en la apatía más absoluta. El conjunto asturiano empezó a merodear la meta de Riesgo, pero a sus ataques les faltó el picante que tuvieron los del Recre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 2009