Las carreteras de Girona vivieron una madrugada del jueves trágica, con dos accidentes en los que perdieron la vida cuatro personas. El siniestro más grave implicó a dos turismos y se saldó con tres muertos. Sucedió hacia las cinco de la madrugada del jueves en el kilómetro 702 de la carretera N-II en Caldes de Malavella (Selva). Se trata justo del tramo donde se acaba la autovía desdoblada y pasa a un único carril. Un Citroën C-5 con dos personas que circulaba en dirección a Barcelona perdió el control y chocó contra un Seat Arosa que circulaba en sentido contrario con un único ocupante. La violencia del impacto hizo que uno de los coches quedara encima del otro. El accidente acabó con la vida de los dos ocupantes del Citroën, dos jóvenes marroquíes vecinos de Salt (Gironès) y del conductor del Seat, un joven de Sils (Selva) de 32 años.
Las primeras hipótesis apuntan a un exceso de velocidad como causa del accidente. Según el responsable del área de Tráfico de los Mossos en Girona, Joan Costa, el tramo está bien señalizado y marca un máximo de 80 kilómetros por hora.
El otro accidente tuvo lugar al filo de la madrugada en la carretera C-31 a su paso por Viladamat (Alt Empordà). Un vecino de Girona de 43 años murió al salirse de la calzada el coche que conducía, por causas que aún se desconocen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de enero de 2009