Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975) no parece recuperado de las exigencias físicas de Justo, su personaje en La mujer del anarquista. "He tenido que perder peso". Para interpretar a este miliciano anarquista exiliado en Francia e internado después en el campo de concentración de Mauthausen también ha leído mucho sobre la posguerra española. "Después de ver en televisión las tres semanas de asedio a Gaza, cuesta pensar que Madrid resistió tres años". La película narra el final de la Guerra Civil y "un episodio de la historia de España muy digno, que habla del coraje del pueblo" dice Botto, refiriéndose a la lucha de los huidos del franquismo contra la amenaza de Hitler en Francia. El papel ha resultado especialmente accesible para el actor, que será padre en abril: "Comprendo a alguien capaz de morir para que sus hijos no crezcan en una dictadura". Como hijo de un desaparecido en la dictadura argentina, Botto es sensible al debate sobre la memoria histórica. "No poder enterrar a un familiar es como perderlo constantemente", remata.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de enero de 2009