Oleada de despidos
Hace meses que los gurús hablan del Pearl Harbour financiero, de la peor crisis desde la Gran Depresión de los años treinta. La banca lleva meses sufriendo de lo lindo los excesos del pasado. La Bolsa acumula un año de pesadilla. Pero el mercado de trabajo materializó ayer los peores augurios en el que ocho multinacionales anunciaron más de 70.000 despidos.
ING, el buque insignia de la banca holandesa que gestiona los ahorros de 85 millones de clientes, se vio forzado ayer a dar un enérgico giro de timón para hacer frente a una crisis financiera internacional que no cesa. De una sola vez, anunció unas pérdidas netas de 1.000 millones de euros en el 2008 y el despido de 7.000 empleados (el 5,4% de la plantilla) para reducir costes.
La compra de un banco en mitad de una crisis financiera es una operación de máximo riesgo que siempre necesita tomar precauciones. Por eso, el Santander anunció ayer que elevará los saneamientos anunciados en octubre pasado para la compra del estadounidense Sovereign. Entonces anunció provisiones de 1.200 millones de dólares.
Puede ser sólo el comienzo de una prometedora etapa para la petrolera Repsol YPF. La compañía, que el verano pasado ya experimentó la fiebre del descubridor -hallazgo de petróleo en las costas de Brasil-, anunció ayer que ha realizado tres nuevos descubrimientos de gas en el desierto del Sahara argelino. No es una buena noticia más.