La reunión, que duró más de dos horas, fue bronca. El consejero de Transportes, José Ignacio Echeverría, acudió ayer con personal de Educación y de Mintra (la empresa que construye el metro) a explicar a los padres y profesores del instituto público Mirasierra por qué la ampliación de la línea 9 se iba a llevar por delante de su centro. La reunión terminó con la promesa de Echeverría de buscar alternativas para no tirarlo.
En un aula con 180 personas y un montón de estudiantes fuera, Transportes repitió la propuesta que ha mantenido cinco meses frente a las protestas del centro: un trazado que aprovecha el túnel existente bajo el centro y supone 50 millones menos de presupuesto que si no se tirara.
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En el turno de preguntas, los padres reclamaron una mesa de negociación, pidieron que interviniera Educación para dar explicaciones del impacto en el aprendizaje de sus hijos y protestaron porque la obra iba a molestar al colegio colindante, además de desconfiar de los plazos. Echeverría se comprometió a buscar alternativas al derribo y de dar una respuesta esta semana. La presidenta del AMPA, Mar Coloma, respondió que no lo creerá hasta que no lo vea "por escrito".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de enero de 2009