Ya con el huracán antibolonia atrás y habiéndolo sufrido y reflexionado, sólo me queda pensar que de nada sirve encasillar a nada ni a nadie. En mi facultad de Ciencias de la Comunicación mis estudios ya se encuentran estructurados conforme al nuevo plan, y es una opinión generalizada la que se extiende entre mis compañeros: todo depende del profesor o profesora que imparta la asignatura.
Ya a punto de acabar el primer semestre todos llegamos a esa conclusión. Por suerte o por desgracia hemos tenido de todo. Y a mí sólo me queda agradecer a aquellos que se han volcado con nosotros y su asignatura. Nos hemos llevado sorpresas, hemos fingido ser unos comunicadores más y hemos disfrutado de verdad de todo lo nuevo. Yo por mi parte seguiré viendo, escuchando y leyendo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de enero de 2009