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CARTAS AL DIRECTOR

Sebastián y Obama

Ni socialdemócrata ni reformista, Obama va a ser un presidente esencialmente nacionalista. Su discurso ha apelado mucho a los sentimientos nacionales, pero su afán no es imperialista en lo político, sino ambicioso en lo económico. Quizás Sebastián no estuvo tan errado cuando hizo un llamamiento a consumir productos españoles. La primera crítica internacional de Obama ha sido hacia China. ¿Qué tienen que ver ambos asuntos? La crisis de la industria en Europa y EE UU tiene mucho que ver con la competencia desleal de China en todos los frentes. Sin legislación laboral, ni medioambiental, ni separación entre la banca privada y la pública, de tal modo que para un banco internacional o una empresa energética es imposible entrar en China. Obama sabe que el primer mundo se ha acostumbrado a querer todo más y más barato para consumir más y más. El resultado: deslocalización. China sólo tiene que devaluar su moneda para mantener la competitividad, y como no tiene que rendir cuentas a nadie (ni siquiera a sus ciudadanos), se ha dedicado a comprar deuda americana para dar oxígeno a sus clientes preferentes y seguir manteniendo su increíble crecimiento de dos cifras. Obama sabe que esto a medio plazo es la ruina, y ha dicho basta.

Quizás Sebastián apuntó bien, aunque debió señalar a los productos asiáticos y no a los Alpes, porque el gasto de nuestros vecinos europeos representa más de la mitad de nuestro PIB.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de enero de 2009