En el modelo de financiación que propone Cataluña y que recoge el Estatuto es mucho más que dinero: queda cristalizado el encaje de Cataluña en España. En consecuencia, si fracasan las negociaciones sobre financiación, "el Estado de las autonomías no habrá tenido éxito", espetó ayer el consejero de Economía, Antoni Castells.
Castells, que ayer pronunció una conferencia sobre autogobierno y financiación en el Institut d'Estudis Catalans, reiteró que no piensa firmar un mal acuerdo de financiación para Cataluña, y que un escenario en que el Gobierno catalán no firme "es factible hoy por hoy". El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha puesto una nueva fecha, la cuarta: el 15 de febrero.
El consejero cuestionó, en este sentido, si el Gobierno se puede permitir que Cataluña quede al margen cuando ha sido la comunidad que ha "impulsado" la revisión del modelo. "Sería un fiasco para el Gobierno".
Y para calmar los ánimos, pidió un gran pacto de Estado sobre solidaridad, en el que todo el mundo acepte que hay flujos fiscales entre territorios, en el que los territorios receptores acepten que reciben fondos procedentes de la solidaridad y los territorios que aportan acepten que deben contribuir, pero que no se penalice el ejercicio de la solidaridad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de enero de 2009