La crisis del consumo ha arrastrado a la economía española hacia la recesión. El Banco de España advirtió que el retroceso en el gasto de los españoles fue el factor decisivo para el decrecimiento. Y el último dato del Instituto Nacional de Estadística lo confirma. Las ventas minoristas cayeron en diciembre por décimo mes consecutivo y cerraron 2008 con un descenso del 5,6% a precios constantes (descontada la inflación). En el último mes del año, descontado el efecto calendario, la bajada fue mayor, del 6,1%.
Las ventas que más se resintieron el año pasado fueron las de los productos más prescindibles, en especial el equipo para el hogar, que se desplomó un 12,8%. La moda cedió un 4%, mientras que la alimentación lo hizo un 2,5%. Los ciudadanos acudieron algo más a las grandes cadenas. En cambio, se resintieron el resto de comercios. La crisis del consumo se cebó en las tiendas (-7,4%) y las pequeñas cadenas (-9%). Las ventas en grandes superficies también retrocedieron, un 5,8%. El derrumbe del consumo supuso que el índice de ocupación del sector cayera un 2,7%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de enero de 2009