La noticia de que la Audiencia Nacional investiga un ataque realizado en 2002 por el Ejército israelí pilló al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en el Congreso, a donde acudió para informar sobre la última ofensiva contra Gaza. Tras subrayar que la justicia española "es independiente", por lo que puede hacer "lo que estime oportuno" y el Gobierno debe respetarla, Moratinos anunció que, cuando hablara con su homóloga israelí, Tzipi Livni -quien anoche le llamó para transmitirle su "preocupación" por el auto judicial-, le trasladaría su voluntad de hacer "todo lo necesario para que [la decisión del juez] tenga el menor impacto [en las relaciones bilaterales] y pueda tener una solución satisfactoria". No aclaró en qué consistiría, pero se comprometió a tener informado al Gobierno israelí, lo que ayer ya hizo su gabinete a través del embajador en Madrid, Raphael Schutz.
Moratinos mantuvo también ayer su primera conversación telefónica con la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton. Se trató de una presentación, a juzgar por las palabras del ministro. "Hemos quedado en llamarnos Miguel y Hillary, para que la comunicación sea más fácil", explicó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de enero de 2009