El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quiso escenificar ayer su compromiso contra la crisis horas antes de las protestas sindicales contra las políticas del Consell. Camps, rodeado de su Gobierno y altos cargos de la Generalitat, firmó un documento titulado plan de confianza, que aporta pocas novedades respecto a lo ya dicho, pero que recoge los compromisos del Consell con sus objetivos de "creación de empleo, competitividad, mejora de la financiación y garantía de los niveles de cohesión ya alcanzados".
Camps instó a todos los altos cargos de la Administración autonómica a "redoblar los esfuerzos" para lograr este objetivo. El plan, según Presidencia, culmina la presentación de iniciativas contra la crisis que el Consell ha anunciado durante las últimas semanas, y que supondrán un aporte de 2.420 millones de euros para apoyar al empleo, a los sectores productivos, a la inversión municipal y a la financiación de las empresas. Un dinero que todavía no se sabe si vendrá de la mejora de la financiación autonómica o de un incremento de la deuda.
Camps reconoció que los frutos de esa labor no se verán de forma inmediata sino "a medio plazo" y que en algunos casos será necesario "cambiar estrategias y proyectos para salir adelante". El documento recoge tres líneas de actuación dirigidas a las familias, las empresas y los servicios públicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de febrero de 2009