Cuando fallece un escritor, tarde o temprano acaba saliendo una cómoda de alguna parte. La de Julio Cortázar (1914-1984) estaba tan llena de papeles que sus cinco cajones no se podían ni abrir. A duras penas lograron hacerlo, el 23 de diciembre de 2006, Aurora Bernárdez, viuda, albacea y heredera universal del autor argentino de 86 años, y Carles Álvarez, estudioso y loco cortazariano encantado con esa sorpresa.
Los ecos de la bronca y el pataleo aún resuenan en la memoria. Fue en 1960 cuando Núria Espert osó meterse en la piel de Hamlet. Según salió a escena, sin haber mostrado la actriz aún su trabajo, comenzaron los abucheos. Blanca Portillo, intérprete superdotada, abonada a los premios y a los elogios, vuelve a atreverse con el hercúleo empeño de interpretar al príncipe de Dinamarca, inmortal creación de Shakespeare.
J. M. MARTÍ FONT | Barcelona
El Macba descubre a Thomas Bayrle - Es la primera retrospectiva de la obra del maestro del pop europeo