Arrastrados por la crisis, los empresarios han demandado el aplazamiento de los pagos a la Seguridad Social de forma generalizada. La respuesta ha sido rápida. "De forma general, no tiene sentido económico", declaró ayer el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado. Pero el rechazo no es total.
Según explicó Granado, la Seguridad Social quiere acordar con los agentes sociales criterios que permitan "a las empresas con dificultades de tesorería mantener empleo difiriendo pagos". Se hará para que no haya discriminaciones entre empresas y sectores, y dentro de los márgenes legales (único criterio vigente hasta el momento). Granado no dio más detalles, pero sí que advirtió que todo aplazamiento de una deuda con la Seguridad Social se hace sobre su reconocimiento previo, lo que da pie al cobro de intereses. La agencia tributaria ha tomado medidas similares.
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Granado hizo estas declaraciones en la presentación del superávit provisional de la Seguridad Social en 2008 de 14.428 millones, un 1,3% del PIB. Sobre la evolución futura de las cuentas en medio de la actual crisis, el secretario de Estado recordó que los parados con derecho a prestación también cotizan. "Nuestro sistema tiene un colchón anticíclico para aguantar crisis de menos de dos años", tranquilizó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de febrero de 2009