Xinafest cumplió ayer su objetivo: 10 horas de programación sobre la cultura china en el corazón de Barcelona (Sants). Acudieron unas 2.000 personas, un público compuesto por catalanes (la mayoría), pero también chinos. Dos culturas bajo un mismo techo y farolillos rojos, que traerán buena suerte en el año nuevo, el 4707, según el calendario asiático. Vistosos pasacalles, dragones chinos y barceloneses, y música tradicional para un festival que promete volver el año próximo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de febrero de 2009