Son ya 10 años de protestas con el mismo objetivo, conseguir que no se prolongue la avenida de Blasco Ibáñez a costa de 1.600 viviendas de El Cabanyal, donde varios centenares de vecinos volvieron a concentrarse ayer para defender en su barrio el lema de la "rehabilitació sense destrucció". Durante la cacerolada y pitada ante las puertas de la empresa municipal Cabanyal 2010, los afectados denunciaron que los últimos derribos llevados a cabo por el Ayuntamiento de Valencia -unas seis o siete casas desde enero- sólo generan solares en la zona e intentan desanimar a los vecinos que no quieren vender sus pisos. La asociación de vecinos del barrio, convocante de la concentración junto a Salvem El Cabanyal, denunció que el Consistorio del PP incumple el convenio de rehabilitación firmado con el Gobierno, que prevé una oficina de atención a los interesados, la exención del pago de la licencia de obras y dar publicidad al plan de regenerar la zona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de febrero de 2009