Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Reportaje:

Un capricho seductor

El Mini Cabrio afina su calidad general y monta los eficientes motores

Sutiles cambios estéticos que refuerzan el atractivo de la carrocería, un interior más vistoso y mejor acabado y, sobre todo, nuevos motores 1.6 de excelente rendimiento. El Mini Cabrio recoge, por fin, las mejoras de que disfrutan ya los demás Mini (normal y Clubman) y completa así la renovación de la gama. La nueva versión descapotable saldrá a la venta en marzo a partir de 23.900 euros. De entrada estarán disponibles las variantes Cooper y Cooper S (120 y 175 CV); más adelante llegará la versión ultradeportiva John Cooper Works (211 CV) y, posiblemente, también una alternativa turbodiésel (110 CV).

Como el resto de los Mini, el Cabrio 2009 es un modelo de capricho, aunque muy bien hecho. El avance más notorio está en la conducción, que ahora resulta más agradable por el mayor confort de suspensión y el buen tacto y prestaciones de los nuevos motores. Tienen inyección directa y cambio de seis marchas y, aparte de ser más finos y veloces, consumen hasta un 23% menos. El 1.6 de 120 CV gasta 5,7 litros, y el de 175 CV, que lleva turbo, sube a 6,4 (frente a 7,3 y 8,3 litros de los anteriores 1.6 de 115 y 170 CV). Los dos estrenan además la función Start & Stop, que cala el motor cuando el coche está detenido (semáforos, atascos). También hay otras mejoras menores pero igualmente prácticas. El maletero, por ejemplo, es algo mayor: gana cinco litros si se utilizan las cuatro plazas (175 litros con la capota puesta y 120 al circular abierto) y hasta 55 si se pliegan los asientos traseros (660 litros). La capota eléctrica ajusta y aísla todavía mejor y los arcos antivuelco pasan a ser automáticos: van plegados y sólo emergen en caso de peligro, por lo que ya no sobresalen ni reducen la visibilidad posterior.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de febrero de 2009