En el PSdeG coexisten dos campañas. En la primera se dan cita candidatos, conselleiros, responsables locales y nacionales del partido, alcaldes, concejales y hasta ministros que desde hace semanas redoblan sus esfuerzos y multiplican su presencia. Conscientes de la necesidad de movilizar a los ciudadanos, combinan grandes y pequeños mítines, recorridos por las calles, reuniones sectoriales y hasta comidas con militantes. En la segunda campaña, en cambio, el candidato a la Presidencia, Emilio Pérez Touriño, es el protagonista de una agenda raquítica que no resiste la comparación con la de sus oponentes del PP y del BNG. En esa línea de perfil bajo Touriño incluso se ha permitido el lujo de no programar mítines en dos de los siete días que van de campaña: el viernes 13, en el que sólo pronunció una conferencia en Vigo, y ayer, cuando limitó su presencia pública a una reunión con bateeiros en O Grove.
Tan modesta es la programación de la campaña presidencial que ayer en el pabellón de deportes de esta localidad el PSdeG se vio obligado a retirar sillas para evitar que el pinchazo de público se hiciera visible ante las cámaras de televisión. El aforo inicial, que preveía la presencia de 250 personas, no pasó de 150 asistentes que escucharon con atención cómo el presidente les pedía el voto para seguir apostando por la pesca y el marisqueo y defendía, al mismo tiempo, su política de protección del litoral y de lucha contra la contaminación. "No permitiré", concluyó, que se instale en Galicia el modelo "especulativo" del PP de Valencia o Baleares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de febrero de 2009