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Elecciones 1-M

El modelo del debate en euskera frustró el cruce de propuestas

30.000 espectadores siguieron el programa en ETB-1

El primer debate de esta campaña electoral en un medio público entre los seis partidos políticos con representación parlamentaria fue seguido el miércoles por 30.000 espectadores, según datos de ETB-1. La primera cadena del ente público vasco se mostró "muy satisfecha" con este registro de audiencia, que supone un 1,5% de share en ese tramo nocturno de la parrilla, con una duración aproximada de casi dos horas y cuyo final bordeó la medianoche. Los responsables de ETB comparan el registro alcanzado el pasado miércoles con las cuotas habituales del programa de debate Kalaka, que dirige Xabier Euskitze, y en el que se abordan también temas de actualidad política y social.

En el registro político, el encorsetado modelo de este debate, que fue grabado previamente en los estudios de Miramón, impide hablar de vencedores ni vencidos. La imposibilidad de un cruce dialéctico entre los asistentes amainó, de hecho, la intensidad de las diferentes exposiciones.

La obsesión por cumplir el tiempo condicionó mucho a los intervinientes

El pacto alcanzado entre los partidos representados comportaba un modelo excesivamente frío, donde en ocasiones los portavoces estaban más pendientes de cumplir con el tiempo fijado para su turno que con el contenido de la exposición. A su vez, la rigidez de las condiciones fijadas también afectó al propio papel del moderador, Javier Otamendi, escrupuloso en su cumplimiento.

Los representantes de los seis partidos tuvieron que desarrollar las propuestas de sus partidos en seis temas generales (economía y crisis, autogobierno, vivienda e infraestructuras, educación y cultura, violenciany paz y política social). Un reloj digital era implacable para recordar el tiempo empleado en cada exposición.

Por parte de los políticos euskaldunes no hubo alusión directa a los cabezas de lista ausentes por su desconocimiento del idioma. Ni siquiera lo utilizó el lehendakari Ibarretxe, como llegaron a temer previamente el PSE-EE y el PP. Eso sí, el candidato del PNV reconoció su satisfacción por haber cumplido el objetivo personal que se marcó hace diez años de "ser capaz un día de mantener un debate en euskera".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de febrero de 2009