El presidente valenciano, Francisco Camps, implicado por la fiscalía en la trama corrupta vinculada al PP, movilizó ayer a todo su partido -senadores, diputados nacionales, autonómicos y provinciales, alcaldes y conceja-les- para defenderse. Ningún dirigente popular se salió del guión marcado por Camps. Mariano Rajoy defendió desde Galicia al dirigente valenciano. Camps descalificó, por falso, el trabajo del fiscal, pese a que desconoce los detalles de la investigación en torno a las relaciones que ha mantenido con la red corrupta que dirigía Francisco Correa. Los pormenores de esos vínculos permanecen secretos. Los populares recurrieron de nuevo al ataque contra la fiscalía -denunciaron la supuesta filtración de la acusación contra Camps por parte de Anticorrupción- y contra el juez Baltasar Garzón, al que amenazaron con una querella por prevaricación si no dejaba el caso. La presidenta Esperanza Aguirre le calificó de "juez socialista".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de febrero de 2009