El Sporting hace despertar lo mejor de sus rivales. El viva la vida que practica le produce tantas penas como alegrías. Su animosidad da brillo a los partidos en los que siempre suceden cosas reseñables que no permiten hacer bostezar a la grada. Ayer en el Madrigal ocurrió también en un encuentro vertical y lleno de actividad que se decantó a favor del Villarreal por la mejor relación que guardan sus jugadores con el cuero.
Sabido es que el Sporting es sinónimo de alegría. Un espíritu libre, aventurero e inocente. Atrevido como pocos, el conjunto de Manolo Preciado afronta los partidos a tumba abierta y con entusiasmo. Creyéndose capaz de todo, sorprendió al Villarreal nada más terminar de posar para la foto. A los 22 segundos, Bilic adelantaba a los asturianos al aprovechar la falta de sincronización de la defensa amarilla pendiente aún de colocarse la elástica en el calzón. Lo que sucede es que el optimismo del Sporting resulta contagioso. En un minuto, sin apenas tiempo para celebrar la ventaja, concedía el empate. Sucedió porque los buenos del Villarreal se juntaron para hilvanar una jugada a mil toques que Rossi, el más listo, embocó a gol. Y ya son 13.
VILLARREAL 2 - SPORTING 1
Villarreal: Diego López; Venta, Godín, Fuentes, Capdevila; Cazorla (Eguren, m. 80), Senna, Cani, Pirès; Rossi (Nihat, m. 56) y Llorente (Mati Fernández, m. 65). No utilizados: Viera; Cygan, Bruno e Ibagaza.
Sporting: Lafuente; Raúl Cámara, Neru, Jorge, Jose Ángel; Andreu; Pedro (Carmelo, m. 62), Camacho, Michel, Canella (Barral, m. 68); y Bilic (Maldonado, m. 81). No utilizados: Sergio Sánchez; Iván Hernández, Kike Mateo y Lora.
Goles: 0-1. M. 1. Bilic. 1-1. M. 1. Rossi. 2-1. M. 36. Capdevila.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Jorge, Godín, Bilis, Pedro, Venta y Fuentes y Míchel.
15.000 espectadores en El Madrigal.
Un minuto de juego dejaban claras las intenciones y por dónde andarían los tiros. Ritmo y vértigo no iban a faltar. Ocasiones, tampoco. La pausa no estaba bien vista. Por descontado el Villarreal masajeaba y elaboraba las llegadas con el criterio que acostumbra. Cosa lógica si en el centro del campo se juntan, Senna, Pirès, Cazorla y Cani, recuperado para la causa.
Sabiendo lo que tenía enfrente, Preciado puso sangre fresca en la alineación para intentar ahogar la fluidez amarilla. Difícil cuestión si las piezas del Villarreal rinden al nivel que se espera. Por si fuera poco, la zaga del Sporting no atendió al marcaje de Capdevila en una falta lateral. El defensor internacional remató sin oposición logrando el segundo gol del equipo castellonense y el tercero de su cuenta particular en lo que va de Liga. Con el marcador a favor, todo resultó más sencillo para un Villarreal que vuelve por sus fueros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de febrero de 2009