Durante una semana ha estado aguantando los nervios. Incluso en la alfombra roja aseguró llegar "muy tranquila", envuelta en un increíble vestido palabra de honor de Pierre Balmain, de sesenta años de antigüedad.
Personajes que parecen moverse en un perturbador estado de ingravidez, atmósferas alucinatorias, fracturas oníricas bajo la piel de lo real... Vals con Bashir convierte estas estrategias formales en la mejor manera de contar su historia: la lenta emergencia de un hecho traumático enterrado en lo más hondo de la conciencia.
Paco Ibáñez pedía ayer permiso a Antonio Machado para apoyar su pie sobre la lápida del cementerio de Collioure (sur de Francia) y dar así sustento a la guitarra. Luego se arrancó con "Ya hay un español que quiere / vivir y a vivir empieza...", de Proverbios y cantares. Apenas se le oía, la tramontana soplaba con fuerza y sacaba brillo al cielo.
ROSA MORA | Hamburgo
El escritor Craig Russell ambienta 'El señor del carnaval' en Colonia