La advertencia de Estados Unidos de iniciar acciones penales contra el banco suizo UBS si no entregaba el nombre de 250 clientes a los que ayudó a defraudar al fisco, sirvió para que la entidad helvética colaborara. Pero no ha sentado muy bien en el Ejecutivo del país alpino, pese a que autorizó a UBS, que tendrá que pagar una multa de 780 milones de dólares, a revelar el secreto bancario.
"El Gobierno suizo lamenta que el Departamento estadounidense de Justicia haya amenazado a UBS con tomar medidas unilaterales, pese a su colaboración", declaró ayer Roland Meier un portavoz del Ministerio de Economía a la agencia suiza ATS. Además, Suiza ha decidido suspender su presencia en la audición del Senado estadounidense sobre el caso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de febrero de 2009