El artista Juan Olivares (Catarroja, Valencia, 1973) presenta hasta el 7 de marzo sus últimas creaciones en la galería Isabel Hurley de Málaga. Con la exposición Ojo agitado, que reúne 15 piezas entre lienzos, esculturas y obra sobre papel, Olivares pretende jugar con las ilusiones creadas por la percepción visual. El artista recurre a manchas de luz y color que le sirven como materia prima de sus obras. Juan Olivares toma su inspiración de lo estrictamente cotidiano. Sus abstracciones no tienen que ver con lo trascendente, sino que son destellos de lo que le rodea.
"Relaciono mi trabajo a la idea del flanêur, el paseante y la ciudad. Un paseante que en su deriva va descubriendo y encontrándose a la vez, ya que caminar significa viajar, en sentido metafórico significa avanzar, mejorar, evolucionar, innovar. En cierto modo todo mi trabajo, tanto la pintura como el dibujo y las piezas más objetuales, hablan del paso del tiempo y la imposibilidad de coagular la experiencia. Sólo quedan algunas huellas visuales y emocionales que pronto serán reemplazadas por otras", explica el artista.
En Ojo agitado Olivares continúa en su línea de investigación del espacio a través de la pintura y la escultura; investigación que hace extensiva al tratamiento de ambas disciplinas, que se complementan en una dinámica interacción. La abstracción de su trabajo surge al plasmar las sensaciones que en su retina deja todo aquello que captan durante un paseo, considerado en su pura esencia o noción.
En línea con la relevancia que el color tiene en las sucesivas escuelas valencianas, el trabajo de Olivares es de gran exhuberancia cromática, lo que no actúa en detrimento del dibujo o el volumen, hasta tal punto considerado que en sus trabajos más recientes algún elemento de la composición consigue dar el salto y, traspasando lo bidimensional, se convierte en escultura.
En la Galería Isabel Hurley (Reding, 39). Málaga. Hasta el 7 de marzo. Gratuita.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de febrero de 2009