La figura de Miguel Ángel Fernández Ordóñez sigue en el centro de la actualidad, muy a su pesar. Primero fue por su propuesta sobre la necesidad de profundizar en la reforma del mercado de trabajo. Ahora es por la comparecencia el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados, que fue aprovechada por el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, para someterlo a un auténtico pimpampum. El gobernador no pudo disimular más de un gesto de seriedad y de ganas de entrar en la batalla a campo abierto, pero se reprimió en aras al cargo. Tuvo en todo momento claro que no estaba allí como político, sino como representante del Banco de España y para hablar del sistema financiero. -
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de marzo de 2009