Se es vasco por genealogía o por elección, y son mejores vascos los que más trabajan por el bienestar económico y la cohesión social de los vascos.
Ningún partido debería intentar apropiarse de los símbolos vascos para luego intentar apropiarse de la economía y las instituciones, porque el País Vasco y sus símbolos nos pertenecen a todos los vascos. El discurso de la pureza identitaria sólo lleva a una radicalización progresiva y a la exclusión, como lo prueba la existencia de ETA.
No se es más vasco por hablar la lengua vasca, del mismo modo que uno no se hace británico por hablar inglés. Los vascos somos multiculturales y tenemos tres lenguas maternas: el español, el francés y el vasco, y la enseñanza de las tres lenguas, incluido el vasco en todos sus dialectos y en su versión unificada, debería promocionarse.
Sean flexibles y pragmáticos y sigan el modelo luxemburgués, un modelo integrador, que además del luxemburgués promueve la enseñanza y el uso de las lenguas transfronterizas: el francés y el alemán.
Por último, no discriminen laboralmente a los vascos que sólo hablan español, porque el español también es una lengua materna de los vascos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de marzo de 2009