Hace un año Cataluña estaba seca y sedienta. Hoy hay agua a rebosar, como lo muestra la imagen, tomada ayer, del embalse de Susqueda, el mayor de Cataluña, que roza el completo de su capacidad. Ayer llovía en unas zonas y nevaba en las cabeceras de los ríos. Los pantanos de las cuencas internas catalanas (de las que se abastece la mayor parte de la población, incluida el área metropolitana de Barcelona) se hallaban al 81% de su capacidad, y subiendo. Las reservas garantizan agua a corto y medio plazo, pero además está a punto de entrar en funcionamiento la desalinizadora de El Prat. La sequía es ahora puro recuerdo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de marzo de 2009