Sobre las 13.45 de ayer, el fontanero William Mauricio Rivadeneira, de 48 años, buscaba, sobre el tejado de una carpintería de Torrejón de Ardoz, algún hueco por el que pudieran entrar ladrones. El propietario de la empresa quería reparar el tejado porque la noche anterior habían intentado entrar a robar, según explicó ayer por la tarde a las puertas de la carpintería. William no llevaba puesto el arnés de seguridad ni estaba sujeto al techo por la guía de vida necesaria para evitar accidentes laborales.
El tejado de uralita, según explicó uno de los trabajadores del polígono industrial donde está la carpintería, se rompió bajo los pies del fontanero, que se precipitó desde una altura de cinco metros. Los sanitarios de una ambulancia de Protección Civil intentaron reanimar al hombre, pero no pudieron hacer nada. William Mauricio es, según los cálculos de UGT, el décimo muerto en accidente laboral en lo que va de año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de marzo de 2009