Uno de ellos, Ginés López, cesó como alcalde de Arganda del Rey a las 11 de la mañana de ayer. Y también como concejal, militante del PP y, por tanto, como presidente del partido en el municipio del sureste. El otro, Jesús Sepúlveda, escenificó dos horas más tarde su renuncia como regidor de Pozuelo de Alarcón, además del de militante y cabeza del partido. Pero no entregó su acta de concejal.
El lapso horario pudo tener que ver con las conversaciones de la presidenta Esperanza Aguirre con ambos. Según fuentes del PP regional, había telefoneado antes a López (el jueves por la noche, cuando el juez Baltasar Garzón había imputado a cinco nuevos altos cargos de Madrid en el caso Gürtel) que a Sepúlveda (ayer por la mañana). Los dos aseguraron que no tenían nada que ver en la trama. Pero el resultado, de gran "contundencia y rapidez en la toma de decisiones", según las mismas fuentes, fue casi el mismo.
Sepúlveda quiso hablar con su equipo antes de cesar, como le pedía el partido
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El caso de Sepúlveda fue más alambicado. Durante toda la mañana estuvo reunido con sus concejales. Según su servicio de prensa, no estaba en el Ayuntamiento. Era mentira. Estaba encerrado en su despacho. "Ha costado más que dimitiera", explicaron fuentes del partido. "Ha dicho que primero quería hablar con su equipo. Pero es que no podía ser que Ginés hubiera dimitido y él no", añadieron. Algunos empezaron a temer un caso parecido al del alcalde de Boadilla, Arturo López Panero, que se negó a cesar tras haber sido imputado por el mismo asunto y haberlo anunciado Aguirre.
Pasada la una, sin dar la cara y mediante comunicado, Sepúlveda anunció su dimisión. Lo hizo exculpándose de los cargos que le imputa el juez (presuntamente recibió sobornos por valor de 422.000 euros, un coche y una televisión de plasma) y arremetiendo contra Garzón.
Pasada una hora, el alcalde se escabulló por el parking en el vehículo de un compañero. Y pese a "la contundencia y la rapidez", él sigue siendo el que manda en Pozuelo. Porque no ha entregado el acta de concejal y porque hasta que la semana que viene no se celebre el próximo pleno, no se formalizará la renuncia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de marzo de 2009