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CARTAS AL DIRECTOR

Tolerancia

Hace unos años, figuras de la vida pública española comenzaron a manifestar abiertamente su homosexualidad para destruir prejuicios y solidarizarse con las personas anónimas cercadas por la discriminación y el desprecio. No se ha producido un gesto semejante con la enfermedad mental. Ahora se publica en España el testimonio de Michael Greenberg, escritor neoyorquino que relata en Hacia el amanecer su experiencia como padre de una hija con trastorno bipolar.

Los que padecemos esta cruel enfermedad (antes denominada psicosis maniaco-depresiva) aún seguimos condenados a sobrellevar clandestinamente nuestro sufrimiento, inventando dolencias imaginarias para ocultar en el trabajo o en nuestro círculo social las terribles dificultades que sorteamos a diario. Muchos no han logrado acceder al mercado laboral, soportando una situación de dependencia. Es imposible realizar un diagnóstico con datos indirectos, pero todo indica que Virginia Woolf, Sylvia Plath, Diane Arbus, Hemingway, Van Gogh, Schumann y Anne Sexton eran bipolares. Su enfermedad no estimuló su creatividad, pero sí determinó su suicidio. La sociedad, la política y los medios deberían contribuir a fomentar una actitud de tolerancia que permita una segunda salida del armario.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de marzo de 2009