El disenador japones Yohji Yamamoto ejecutó una pirueta de virtuoso en la noche del viernes con variaciones de abrigos de invierno tan poéticos como vendibles. Las chaquetas azules y negras fueron creciendo en complicación, engordando sus texturas en una misma prenda y ganando cuerpo con lanas rojas y blancas. Terminó con cinco modelos vestidas de rosa y rojo y ejecutando una coreografía de armonía, pero Yamamoto no está sólo para ejercicios espirituales.
La prueba estaba en los pies de las chicas: exhibían su nueva y enésima colaboración, una línea de zapatos para Salvatore Ferragamo.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de marzo de 2009