Los activistas de Peta estaban especialmente enfadados con Jean Paul Gaultier incluso antes de que el diseñador francés presentara ayer una burda oda al poder del sexo y el dinero, cargada de ostentosas pieles.
De un escenario de burdel salieron chicas vestidas de hombre e innumerables juegos con la X como elemento decorativo escotes y transparencias. Se vieron antifaces y correajes y, al final, un teatral numerito: dos modelos simularon una pelea de gatas en la que volaron copas y postizos capilares hasta que una dominatrix puso paz. En la banda sonora, Frankie goes to Hollywood cantaba Relax.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de marzo de 2009