La lucha por la permanencia es una cosa de locos. Se pudo comprobar ayer en Son Moix, donde el Mallorca y el Betis libraron una de esas batallas que hacen bueno el tópico según el cual el fútbol es un estado de ánimo.
De inicio, el Betis supo llevar el encuentro a su terreno. Resguardados atrás, los de Chaparro se desentendieron del balón y se mostraron infalibles en el contragolpe. En un lapso de tres minutos, entre el 26 y el 29, Mark González y Mehmet Aurelio dinamitaron la resistencia del Mallorca, que pagó carísimo un error defensivo de Scaloni en el primer gol. En un primer momento, el conjunto de Manzano reaccionó con rabia -Aduriz envió un balón al palo-, pero luego cayó en la depresión.
MALLORCA 3 - BETIS 3
Mallorca: Aouate; Scaloni, Nunes, David Navarro, Ayozé; Varela (Castro, m. 64), Martí (Webó, m. 64), Cléber, Arango; Jurado y Aduriz. No utilizados: Lux; Ramis, Josemi y Trejo.
Betis: Ricardo; Melli, Juanito, Arzu, F. Vega; Damià, Emaná, Mehmet Aurelio, Mark González; Sergio García (Nelson, m. 84) y Oliveira. No utilizados: Casto; Rivas, Rivera, Odonkor, Xisco y Pavone.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Sergio García, Melli, Scaloni, Castro, Jurado y Damià.
Goles: 0-1. M. 26. Mark González. 0-2. M. 29. Mehmet Aurelio. 0-3. M. 68. Arzu. 1-3. M. 71. Castro. 2-3. M. 74. Webó. 3-3. M. 81. Castro.
17.051 espectadores en el Ono Estadi.
La tónica de ida y vuelta se prolongó tras el descanso, favoreciendo aparentemente los intereses de un Betis cada vez más confiado. Los verdiblancos acumularon ocasiones hasta que volvieron a hallar el camino del gol, esta vez a la salida de un saque de esquina cabeceado por Arzu.
Justo antes, Manzano había movido el banquillo con un doble cambio que sería decisivo. Dos suplentes con mucha hambre, Webó y Gonzalo el Chori Castro, cambiaron la cara a un equipo comatoso. Entre los dos fabricaron tres goles en diez minutos en uno de los finales más locos que se recuerdan en la isla.
Enganchado a la inspiración del uruguayo Castro, el conjunto balear recuperó su mejor fútbol al tiempo que el Betis daba síntomas de conmoción.
Chaparro se frotaba los ojos. Sus jugadores no reaccionaban. En pleno torbellino, un penalti no señalado sobre Aduriz pudo haber servido para culminar la remontada, aunque el empate definitivo le supo a gloria a un Mallorca que hace cinco jornadas que no conoce la derrota.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de marzo de 2009