La política científica de EE UU ya no se verá condicionada por la ideología, por prejuicios religiosos o intereses partidistas. Barack Obama marcó ayer distancias respecto a su antecesor, George W. Bush, al firmar el final de la prohibición de financiar con fondos públicos la investigación sobre células madre embrionarias, vigente desde 2001. Obama culpó al Gobierno de Bush de "obligar a tomar una decisión, en un falso dilema entre ciencia rigurosa y valores morales", en vez de buscar nuevos avances. Y dejó claro que los políticos no pueden pretender influir en el plan científico por sus creencias.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de marzo de 2009