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Los escándalos que afectan al PP

"Ya tendrá ocasión de insultarme más tarde"

La sensibilidad corre a raudales estos días por las bancadas populares en las Cortes Valencianas. Y la oposición se ha empecinado en preguntar, una y otra vez, por actuaciones supuestamente irregulares de la Generalitat, así como por comportamientos no demasiado encomiables. Que, a estas alturas, socialistas y Compromís vuelvan a la carga con las declaraciones del presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, en las que presumía de colocar a la gente para lograr voto cautivo, acaba por irritar al diputado popular más templado. Máxime si el ejemplo al que se refieren tiene que ver con la actuación presumiblemente irregular de un alto cargo de la Consejería de Educación para colocar alumnos en un colegio concertado de Castellón.

Pero ante el mismo estímulo, cada persona tiene su propia respuesta. El vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, interpelado por el socialista Ximo Puig acerca de la citada cuestión, se transfiguró en oposición al también alcalde de Morella. Primero calificó la pregunta de temeraria por basarse en una grabación "fraudulenta" y luego se negó a hablar de "suposiciones". Y a partir de ahí anunció que el PP en el Ayuntamiento de Morella, que preside Puig, pedirá conocer cuántas personas tiene contratadas la Corporación en la empresa municipal de servicios.

Y los socialistas venga a interrumpir al vicepresidente. "¿Y Fabra qué? ¿Y Fabra qué?", repetían en voz alta y de manera irritante una y otra vez. Pero Rambla a los suyo, a remachar la faena: "Usted [Puig] es el menos indicado para hablar de clientelismo político".

Y luego llegó Mireia Mollà, de Compromís pel País Valencià, a preguntar al consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, por la misma cuestión. Recordó que el fiscal ha recurrido la decisión de la Audiencia Provincial de archivar el asunto de las matriculaciones irregulares en un colegio concertado de Castellón y preguntó: "¿Piensa abrir una investigación interna? ¿Qué valoración hace?"

Y Font de Mora empezó a explicar las razones por las cuales la Audiencia había decidido archivar la denuncia, ahora recurrida. Pero el ambiente vespertino, las alusiones a los trajes y a las tramas corruptas y los comentarios entre la bancada popular y la oposición hicieron al socialista Adolf Sanmartín animarse a intervenir. Font de Mora no se reprimió: "Ya tendrá ocasión de insultarme más tarde", le espetó al socialista, al que ignoró rápido para seguir rebatiendo los reproches de Mireia Mollà, criticar a los fiscales y sentenciar: "La única finalidad para la que ha venido es para insultar a personas y partidos". De lo que se deduce que no habrá investigación interna.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de marzo de 2009