He leído con sumo interés el artículo publicado por Bernat Soria, ministro de Sanidad y Consumo, en su periódico el día 9 de marzo de 2009. Como trabajador de la sanidad pública que soy y, sobre todo, como beneficiario de la misma, no puedo dejar de congratularme por sus afirmaciones: estamos ante el más esencial de los servicios públicos, la sanidad, un patrimonio que hemos recibido todos los españoles y que esperamos que puedan heredar nuestros descendientes.
Comparto también con el ministro el orgullo de saber que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mira con envidia sana nuestro modelo sanitario con el fin de establecer un sistema que atienda a millones de ciudadanos norteamericanos que, en el país más rico del mundo, no tienen derecho.
Sin embargo, nunca podré entender por qué Bernat Soria y el Gobierno al que representa miran hacia otro lado cuando en la Comunidad de Madrid, y al calor de la ley 15 / 97, Esperanza Aguirre pretende aplicar modelos privatizadores fracasados como el de Margaret Thatcher.
Nunca comprenderé cómo la mayoría de la izquierda, tanto política como sindical, se ha dejado arrastrar por cantos de sirena y están dejando que el derecho a la salud se convierta en un bien de mercado. Ojalá nunca tengamos que llorar por lo que no estamos sabiendo defender.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de marzo de 2009