Cuando Esperanza Aguirre ataca a Zapatero echándole la culpa de todos los males de la crisis económica, debe recordar que Madrid va a sufrir más paro que otras comunidades, como el País Vasco, Navarra o Cataluña, por el fuerte tejido industrial de estas regiones en contraposición con la dependencia madrileña de sectores como la construcción o los servicios, base de una economía especulativa que ha fomentado la presidenta madrileña, que además le ha servido para presumir de estupendas cifras macroeconómicas que en determinados momentos colocaban a Madrid como una potencia regional europea.
Además, Aguirre siempre ha declarado que ella no está para evitar el desmantelamiento industrial, como ocurrió por ejemplo con la empresa Nissan, que en Cataluña fue defendida hasta conseguir mantener el puesto de trabajo de miles de trabajadores, mientras que en el solar de la empresa en Madrid se han construido unos cuantos pisos, que siguen sin solucionar el problema de la vivienda pero sí han afectado a trabajadores, o bien prejubilados o bien con la terrible decisión de ir al paro o trasladarse a las regiones donde sí se mantuvieron las filiales de la multinacional japonesa.
También hay que tener en cuenta que el problema de la vivienda no se va a solucionar mientras no se persiga la especulación inmobiliaria, sector que, como ya se ha olvidado, sobornó a dos socialistas para que Esperanza Aguirre consiguiera el poder en la Comunidad de Madrid.
Sin embargo, el Gobierno de Zapatero traga con una situación que siempre fue previsible y que, además, explotó en un contexto internacional de recesión, que los populares disfrutan como la ocasión perfecta para retomar el poder.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de marzo de 2009