El 11 de febrero EL PAÍS publica una página muy completa dedicada a la sentencia del Tribunal Supremo, que anula el curso puente en el Bachillerato establecido por real decreto, y al final del cuerpo de la noticia se habla del fondo de la cuestión, que es el fracaso escolar.
A mi modo de ver, el problema del fracaso escolar no se resuelve mediante medidas paliativas como ésta del curso puente, sino aplicando políticas que primen el esfuerzo de los alumnos y favorezcan la calidad de la enseñanza.
Quisiera oír de nuestro presidente del Gobierno, mutatis mutandis, algo parecido a lo expresado por Obama sobre la educación en Estados Unidos: "El relativo declive de la educación en Estados Unidos es insostenible para nuestra economía, inadmisible para nuestra democracia e inaceptable para nuestros niños".
Porque, identificado el mal que aqueja a nuestro sistema educativo, se puede reparar convenientemente, pero en España parece que no se quiere reconocer el mal estado de la educación y se apuesta por los atajos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de marzo de 2009