Hablar de cine jordano es como hablar de críquet en España o de toros en Polonia. Una ilusión, un delirio. Sin embargo, un emigrante ha conseguido poner a su país en el mapa cinematográfico gracias a Capitán Abu Raed, el primer largo que se exporta al mercado internacional: una fábula social sobre los conflictos entre clases y la violencia de género, ambientada en Ammán. Hasta ahí la letra de la producción de la película. Asunto distinto es el espíritu, absolutamente de Hollywood, con lo que ello conlleva para bien (su eficacia) y para mal (su liviandad). No en vano su director, Amin Matalqa, emigró a los 13 años a Ohio, y vive desde hace tiempo en Los Ángeles.
En la película de Matalqa el Ammán de las lujosas mansiones retratadas por el ¡Hola! convive con el de los suburbios empedrados. Aunque hay algo que une ambos extremos: la existencia de una sociedad donde el hombre sigue siendo el brazo ejecutor de todas las decisiones, donde el matrimonio por imposición continúa siendo una tradición, y donde la mujer, a pesar de haber podido llegar a puestos de responsabilidad, aún debe huir de la figura paterna como tótem indiscutible. Matalqa analiza la problemática con el cuento moral como fórmula dramática (de otro modo la verosimilitud de su desenlace sería ilusoria), y con el símbolo del experimentado sabio de a pie de calle, con todo vivido y aparentemente poco por esperar, como núcleo central de cada una de las tramas. Agradable, sencilla y con una puesta en escena académica, Capitán Abu Raed está en la órbita de otros recientes éxitos de ambiente exótico y concienciación político-social tan esforzada como limitada, en la línea de la libanesa Caramel o la israelí Los limoneros.
CAPITÁN ABU RAED
Dirección: Amin Matalqa.
Intérpretes: Nadim Sawalha,
Rana Sultan, Hussein Al-Sous,
Udey Al-Qiddissi, Faisal Makali.
Género: drama. Jordania, 2007.
Duración: 110 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de marzo de 2009