El Parlament aprobó ayer por unanimidad una moción del grupo de Convergència i Unió (CiU) que pide una "nueva etapa" en la gestión del Servicio de Emergencias Médicas (SEM). La moción cita el informe de la Sindicatura de Cuentas, que detectó en el SEM un grave descontrol financiero, desde adjudicaciones a dedo hasta sobresueldos no justificados para directivos que rozaban los 64.000 euros, pasando por una desviación de 1,7 millones en la construcción de su sede.
El texto aprobado reclama al Gobierno que controle "la transparencia en la contratación de personas y servicios", y las "buenas prácticas" del SEM, mediante un plan que regule durante el próximo año la actividad de la entidad que gestiona las ambulancias.
Los grupos del tripartito (el PSC, ERC e ICV) apoyaron la moción después de que CiU aceptase sustituir una reprobación explícita a los responsables del servicio y exigía responsabilidades a la consejera de Salud, Marina Geli (PSC). En lugar de esto, el texto final pide, de forma más vaga, una nueva "cultura de gestión". "Es una forma elegante de aceptar las recomendaciones de la sindicatura", opinaron el convergente Francesc Sancho, el PP y Ciutadans. Marina Geli ya aceptó "errores" en la gestión del SEM en el último pleno. Núria Segú, del PSC, recordó ayer que el SEM renovará en breve a sus directivos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de marzo de 2009