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Romero lamenta que en Euskadi "no se ha querido deslegitimar al asesino"

La presidenta de las Juntas guipuzcoanas participa en un seminario en Colombia

La presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, la socialista Rafaela Romero, afirmó ayer en Cartagena de Indias (Colombia) que el fin de la violencia terrorista pasa por un ejercicio responsable de la política para lograr la "deslegitimación de los asesinos" y el "reconocimiento a las víctimas". "Es necesario hacer política para acabar con el terrorismo", manifestó en una conferencia.

La presidenta del Parlamento foral participa esta semana en el tercer seminario de Asistencia a las víctimas del terrorismo y de otros delitos violentos que organizan conjuntamente los ministerios de Interior y de Asuntos Exteriores, en colaboración con el Centro de Formación de la Cooperación española en la citada ciudad caribeña. En estas jornadas de debate participan representantes de Colombia, Guatemala, Panamá, Costa Rica, Argentina, Chile, Uruguay y España. En el encuentro también tomó parte la abogada colombiana Clara Rojas, colaboradora de Ingrid Betancourt, que permaneció secuestrada durante seis años por los guerrilleros de las FARC.

Romero expresó su plena convicción de que "desde la política y las instituciones vascas no se ha actuado, no se ha apostado, no se ha trabajado con la convicción y firmeza necesarias para privar de legitimidad a los asesinos". Euskadi ha actuado "tarde y mal" en el reconocimiento de las personas que han sufrido la violencia etarra: "Tuvimos abandonadas, olvidadas y ocultas a las victimas. Como representante política, la tardanza en emprender este trabajo me parece de una entidad gravísima".

Por esta razón, Romero abogó por ofrecer a las víctimas "verdad, justicia y memoria" y por la creación de "comisiones de la verdad" que se conviertan en "escenarios públicos para dignificar a la víctima y su historia", sin descuidar la necesidad de "llevar de testimonio de las víctimas a las escuelas".

"La memoria es el lugar de encuentro entre la sociedad democrática y las víctimas", señaló, "y la política es el instrumento esencial para la paz". La presidenta de las Juntas guipuzcoanas matizó que el ejercicio de la política "debe rechazar cualquier razón o disculpa de la violencia terrorista que apele a fundamentos relacionados con la política o el contexto social. Política y terrorismo tienen que desvincularse", pues "la violencia y su amenaza dificultan una práctica política normalizada, en libertad e igualdad de condiciones".

Romero cerró su intervención expresando el deseo de la sociedad vasca "entierre la indiferencia, la pasividad y el silencio ante la barbarie terrorista. No quiero más dobles morales. Quiero unidad entre las fuerzas políticas, porque su fractura da oxígeno a los violentos".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de marzo de 2009