La victoria de Rafael Nadal en el Abierto de Australia tuvo un efecto catártico en el circuito. Las raquetas importantes se vieron obligadas a una reflexión. Si ya ni el cemento detenía al español, habría que buscar otro camino. Cambiar para sobrevivir. El número uno derrotó en la madrugada española del sábado a Juan Martín del Potro por 6-2 y 6-4 en Indian Wells y Andy Roddick jugaba contra él en la pasada por un puesto en la final. El otro debía decidirse entre Roger Federer y Andy Murray. Todos los semifinalistas, menos Nadal, han cambiado o intentado cambiar de entrenador en 2009. No es seguro que la receta funcione. El miércoles, David Nalbandian provocó "miedo" en el número uno, desconcertado por dos derrotas previas y un conocido: el gringo acaba de contratar como técnico a Luis Lobo, que llevaba años descifrando su juego trabajando con Carlos Moyà. Dio igual. Nalbandian dejó Indian Wells sin hablar con la prensa y derrotado tras tener cinco puntos de partido.
Nadal guía su carrera por una lógica aplastante. "Si no está roto, no lo arregles", explica Toni Nadal, su tío y entrenador. El mallorquín, en consecuencia, no toca nada. Sus rivales, sin embargo, lo cambian todo.
Federer, que va a ser padre y ya ha visto cómo la cantante Gwen Stefani, diseñadora y cantante, le da consejos a su novia, se encerró 15 días en las pistas de entrenamiento de Dubai junto a Darren el asesino Cahill, ex entrenador de Andre Agassi y Lleyton Hewitt. Ahí escuchó que el revés paralelo podía ser la mejor respuesta contra las derechas cruzadas con las que Nadal le martiriza. El suizo, que volvería a jugar contra el español en la final de Indian Wells tras la derrota del Abierto de Australia, descubrió en Cahill a un hombre capacitado para proponer soluciones a sus problemas. Le ofreció trabajo y su propuesta fue rechazada. "Mezclaban bien juntos", explicó Tony Godsick, su agente, "pero la relación no pudo ir más allá una vez que se pusieron a hablar de los viajes. Darren se ha montado una vida confortable en Las Vegas y se dio cuenta de que estar 20 días en la carretera iba a ser muy duro para él y su familia". Al día siguiente, Cahill firmaba por el grupo de tenistas de Adidas y se ponía a entrenar en Las Vegas a... Fernando Verdasco.
Precisamente, el madrileño eliminó a Andy Murray en Melbourne, su única derrota este año. Bien lo sabe Àlex Corretja, ex número dos, que habla con Murray semana sí, semana también; que no juzga en público su evolución, y que vuelve ahora a trabajar con él varias semanas porque el británico necesita ir cambiando de caras, nos aburrirse, huir de la molicie y la rutina. "Trabajé con Àlex la temporada pasada en tierra batida y este año también me ayudará en otras pistas", explicó el tenista a The Times para argumentar que Corretja se una a la cohorte que forma el grupo de sus colaboradores. "Es un poco irrespetuoso que cualquiera pueda pensar que Àlex sólo me puede ayudar sobre tierra".
Y con esos consejos ha empezado el británico su temporada mientras Nadal jugaba contra Roddick, otro que cambia y cambia para seguir luchando: el ex número uno del mundo ha adelgazado seis kilos a las órdenes del estadounidense Larry Stefanski.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de marzo de 2009