El miércoles 18 de marzo participé en la manifestación por la permanencia del trasvase Tajo-Segura, a la que asistieron casi medio millón de personas. Mientras caminaba y observaba desfilar a esa multitud llegada de toda la Región de Murcia, de Almería y de Alicante, y de todos los colores políticos, yo iba pensando: ¿de quiénes son los ríos? No son propiedad de ninguna región, sino de la nación, como recientemente lo expresó el presidente de la Comunidad de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Lamentablemente, los nacionalismos autonómicos han perdido la dimensión de solidaridad para centrarse sólo en sus propios intereses.
Si anhelamos otro mundo más justo y humano y buscamos globalizar la justicia y la solidaridad, es necesario trascender las fronteras y compartir con otros pueblos lo que tenemos. Así, España, Europa y el mundo tendrán un futuro más esperanzador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de marzo de 2009