La próxima cumbre del G-20 en Londres debe impulsar un nuevo acuerdo de gasto público contra la crisis, pero esta vez los beneficiarios tienen que ser los países pobres y emergentes. Ése fue el principal ruego que transmitió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al primer ministro británico, Gordon Brown, en una carta remitida el pasado día 20 y divulgada ayer por el organismo internacional.
Según las estimaciones de la ONU, "es necesario al menos un billón de dólares [740.000 millones de euros] para respaldar a los países en desarrollo durante la crisis". Ki-moon defendió que una cuarta parte de ese dinero debe movilizarse de forma urgente vía programas de ayuda al desarrollo de los países más pobres. Otra cuarta parte se financiaría a través de los bancos multilaterales y los 320.000 millones restantes deberían fluir a países emergentes a través de la ampliación de recursos del Fondo Monetario Internacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de marzo de 2009