El Partido Popular es incapaz de dominar su alma franquista. Tras el paso de un moderado Mariano Rajoy por televisión, dos días después su partido se ha negado a apoyar en el Parlamento el homenaje a los miembros de la antigua Unión Militar Democrática.
Mientras los actuales parlamentarios del PP disfrutaban de las prebendas del Estado franquista, preparaban oposiciones o iban todavía a la escuela, aquellos hombres arriesgaron su libertad y sus carreras para traer a España la democracia. La UMD se autodisolvió tras las primeras elecciones, pero quienes habían sido descubiertos pasaron por prisión y no pudieron volver al Ejército. En cambio, sus compañeros de promoción franquistas continuaron ascendiendo en el escalafón, a pesar de aquella transición democrática que tanto denostaban y con la que estuvieron a punto de acabar el 23-F. Aquella noche, los antiguos miembros de la UMD se jugaron no ya la libertad, sino la vida, para evitar el triunfo de los nostálgicos del Glorioso Alzamiento Nacional.
Gracias a ellos, y a muchos otros españoles, hoy los parlamentarios del PP que les han negado un merecido reconocimiento cobran su sueldo como diputados, aunque muchos parecen añorar no poder hacerlo como procuradores en Cortes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de abril de 2009