La Korrika cerró ayer en la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria su 16ª edición instando a usar a diario el euskera, más allá de aprenderlo. Miles de personas se congregaron para recibir a los últimos relevistas de la carrera que organiza la coordinadora AEK. El testigo de la carrera llegó a la plaza vitoriana tras recorrer en 10 días más de 2.500 kilómetros desde que salió de Tudela.
El mensaje final escondido en el testigo se centró esta vez en un llamamiento a utilizar de forma cotidiana un "tesoro que es sólo de los vascos". Como si fuera un texto escrito por unos niños, éstos dicen a sus padres: "Queremos oíros hablar en euskera", porque "aprendemos lo que vemos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de abril de 2009