Las cámaras pudieron captar ayer por primera vez desde la guerra del Golfo (1991) la llegada a EE UU de los restos mortales de un militar. Se trata del sargento de las Fuerzas Aéreas Phillip Myers, fallecido por la explosión de una mina en la provincia afgana de Helmand, y cuyo féretro fue desembarcado (en la imagen) en el depósito del Pentágono en Delaware. La Administración de Barack Obama suavizó en febrero pasado la prohibición a los medios de comunicación de la cobertura de la vuelta de los soldados fallecidos en actos de guerra. Las familias deciden ahora si permiten o no la presencia de cámaras en la solemne ceremonia de llegada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de abril de 2009